El verano toca a su fin y necesariamente volvemos a la realidad cotidiana del día a día, el trabajo, el colegio de los niños, las obligaciones de siempre. De momento el sol ha dado un bonito color bronceado a nuestro cuerpo y nos vemos guapas ante el espejo, pero poco a poco el lindo color va desapareciendo y en su lugar amanecen como por arte de magia las temibles manchas solares y las antiestéticas arrugas. El sol es nuestro amigo para fortalecer nuestros huesos y dar el bonito color del verano, pero es a la vez nuestro mayor enemigo para la piel; capaz de destruir en un solo verano casi todo nuestro arsenal de colágeno, a la vez que aumentas significativamente el grosor de la capa córnea de la epidermis ocasionando la aparición de las arrugas y la perdida de la luminosidad característica de la juventud.
De los Estados Unidos, en donde la preocupación por la belleza alcanza cotas estratosféricas, surgió un equipo de laser capaz de tratar las hiperpigmentaciones tanto faciales como corporales y de regenerar la piel librándola de las arrugas e imperfecciones. Tiene además la ventaja de que la recuperación es muy rápida puesto que es un láser fraccionado deja zonas sanas entre las zonas tratadas por lo que la recuperación es más rápida.
Es el tratamiento ideal para las manchas hiperpigmentadas hormonales, es decir, el Melasma; también los lentigos solares, tanto faciales como en las manos, escote, y resto del cuerpo o la queratosis actínica, reacciona muy bien. Y sobre todo la imagen joven de la piel que aparece después de los tratamientos al devolverle la textura, el brillo y el color de la juventud.