La primera premisa para conseguir un bronceado perfecto es la moderación. Afortunadamente se acabo aquellas terribles fechas en donde la imagen perfecta del verano era estar negra. El precio pagado por ello son las mujeres de alrededor de los 60 años con una piel engrosada, opaca y llena de profundas arrugas.
Hoy se tiene otro concepto de la belleza y la salud y la imagen ideal de la mujer elegante y actual es ese color dorado en la piel que da calidez y hermosura al semblante.
¿Cómo se consigue ese hermoso color en la piel?
Para empezar hay que realizarse varios peelings para eliminar el grueso manto de células muertas que cubren nuestra epidermis y que dificultaran que nuevos melanocitos doren nuestra piel.
La alimentación es muy importante para la realización de ese cometido y es necesario tomar betacarotenos a diario (frutas y verduras de color naranja) Hay que beber agua para que el ácido hialuronico presente en nuestra dermis se empape del rico elemento hídrico y haga que el color alcanzado tenga luminosidad y brillo interior y desde luego lo crucial es usar un factor de protección adecuado a cada persona de acuerdo a su fototipo de piel y renovar dicha protección para que nuestra piel en verano luzca en todo su explendor.